Discos duros digitales SSD
Los discos duros mecánicos de toda la vida se llaman HDD (Hard Drive Disk) y constan de un disco que gira y de una aguja laser que se desplaza sobre su superficie localizando y leyendo o escribiendo datos.
Los nuevos discos duros SSD (Solid State Drive) no tienen ni disco ni aguja ni laser: se componen únicamente de circuitos electrónicos, microchips interconectados. Su principal ventaja es una mayor velocidad de transmisión de datos tanto de escritura como de lectura: algunos defienden que son hasta 5 veces más rápidos que los HDDs. También destacan por ser mucho más silenciosos debido a la ausencia de componentes mecánicos, por no borrarse en presencia de campos magnéticos y por consumir menos. Y los ordenadores arrancan con mucha mayor rapidez.
Sin embargo, lejos de ser sustituídos y desaparecer, los HDD siguen vigentes debido a que son más económicos y tienen mucha más capacidad de almacenamiento. Así que nos encontramos con que a día de hoy ambas tecnologías conviven siendo más recomendada una que otra según el uso que se le vaya a dar. De hecho hay muchísimos usuarios que tienen en el mismo ordenador un disco duro rápido SSD para el sistema operativo y los programas que usan, y otro disco duro HDD de gran capacidad para el almacenamiento de sus archivos.